
De un lado es necesario marcarse unos objetivos o metas (¿qué pretendo hacer, conseguir?) y de otro reflexionar sobre las actividades y estrategias más factibles y apropiadas para llegar a ello.
Por lo tanto, la reflexión se hace indispensable y trasversal a todos y cada uno de los criterios que forman parte de un portafolio docente, puesto que cada uno persigue o puede perseguir metas distintas y la reflexión acerca de si se consiguen o no, no tiene por qué ser idéntica ni válida para todos los criterios.
Únicamente en el apartado marcado como un asterisco no creo pertinente la reflexión (puesto que la corrección ortográfica es, como el valor al soldado, presupuesta). Sin embargo, en los demás apartados forma parte, con acierto, del criterio de evaluación de la rúbrica como marca de excelencia:
- Análisis sobre las evidencias presentadas:
- Justificación y reflexión de la diversidad de las evidencias en el contenido y coherencia del porfolio.
- La organización del contenido del portafolio docente se presentan de una manera organizada y atractiva, lo que sugiere e implica una reflexión en torno a la forma del mismo para llegar de manera más efectiva al receptor/a.
- La evaluación (entendida y aglutinada como autoevaluación como evaluación entre pares) supone en sí una reflexión, motivada en primer caso desde el mismo emisor (autoevaluación) como desde diversas ópticas con multitud de intereses dispares que lo que hacen no es más que provocar en el creador del porfolio docente una reflexión para sancionar o discrepar de las distintas opiniones y ver la pertinencia de las mismas y su modificación.
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